Está compuesto por un tubo de plástico transparente que tiene una tapa hermética en un extremo y una abertura en el otro extremo para introducir la aguja de extracción. Estos tubos están diseñados con diferentes aditivos, como anticoagulantes o gel separador, dependiendo del tipo de prueba que se vaya a realizar. El tubo se utiliza junto con una jeringa o un sistema de vacío para extraer la cantidad adecuada de sangre del paciente.